Esta tarde he leído en un tratado de simetría que Poinsot , “el hombre que había descubierto el nuevo sólido simétrico hecho con pentágonos que se cortan”, formaba parte del tribunal evaluador que otorgó El Gran Premio de
Évariste Galois, por su parte, intentó hacer llegar un
manuscrito al Premio pero se perdió antes de llegar al tribunal. Más bien lo
perdieron, lo perdió Cauchy; no era la primera vez que en la Academia se perdía un
tratado: “Galois nunca recuperó su manuscrito y éste nunca se encontró entre
las pertenencias de Cauchy. El tratado que
Niels Abel envió a la Academia también se había
perdido en manos de Cauchy, pero al final reapareció después de la muerte de
Abel”.
Más tarde la academia perdería un segundo manuscrito de Galois. Esto, entre otras cosas, he leído esta tarde en un tratado
de simetría donde no se menciona que los pentágonos, los triángulos y los
pentagramas se oxidan. Pero así de roñosos –como de Bilbao de antes y al
estilo Palacio Euskalduna de ahora– me los he encontrado yo en el You Tube.